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Por quĂ© las BALLENAS JOROBADAS 🐋 podrĂ­an DEJAR DE VENIR a SamanĂĄ, RD

  • Writer: Kiskeya Life
    Kiskeya Life
  • Mar 8, 2022
  • 10 min read

Desde tiempos inmemorables, una criatura gigantesca viene cada año a la bahía de Samanå para enamorarse.

Estas son las famosas ballenas jorobadas de SamanĂĄ. Nadie sabe hace cuĂĄnto tiempo ya vienen a la bahĂ­a de SamanĂĄ, pero sĂ­ sabemos que no serĂĄ para siempre. Eventualmente, las ballenas podrĂ­an dejar de venir.

¿Por qué son las ballenas tan importantes para la economía de la localidad? ¿Cuål es el misterio de sus canciones, y por qué podrían dejar de venir a Samanå en los próximos años?

La respuesta, en parte, es que las ballenas jorobadas del Atlántico Norte, son de nacionalidad Dominicana


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Santa BĂĄrbara

Para el pueblo Santa BĂĄrbara de SamanĂĄ, las ballenas son un sĂ­mbolo. Un sĂ­mbolo de prosperidad, un sĂ­mbolo de identidad. Hasta cierto grado, SamanĂĄ depende de las ballenas.

AquĂ­ estamos en el Hacienda Samana Bay, miren que linda la habitaciĂłn, y nos invitaron aquĂ­ a visitar el hotel para poder hacer un viaje hacia las famosas ballenas de SamanĂĄ. Miren esta vista. AhĂ­ estĂĄn los puentes de Napoleon.

Aunque estamos aquí en el cålido Caribe, comencemos esta historia en el Ártico Norte del planeta.

Tatica

Puede que no lo parezca, pero el Ártico estå lleno de vida, tanto grande como pequeña. 

El krill es sin duda la vida mĂĄs abundante aquĂ­, con millones de toneladas de estos diminutos crustĂĄceos deambulando bajo el hielo. El krill estĂĄ en la parte inferior de la cadena alimenticia aquĂ­. Y resulta que uno de los animales de arriba es dominicano.

Esta es la historia de una hembra de ballena. Llamémosla Juana María Altagracia de la Aleta Ballenato, pero vamos a decirle Tatica.

Como muchos dominicanos, no simplemente come: se jarta. Ella come alrededor de 2 toneladas de krill por día. Ella tiene que, pues estå comiendo por dos. 

PasĂł los Ășltimos meses alimentĂĄndose continuamente, a veces sola, a veces con otras ballenas, a veces con una manada de focas. Este año le tomĂł mĂĄs, porque hay menos krill. 

Tuvo que aumentar lo mĂĄs que pudo de peso porque tenĂ­a que dar un viaje de mĂĄs de 10,000 kilĂłmetros hacia el trĂłpico del planeta. Porque su instinto le dijo que debĂ­a dar a luz en el mismo lugar donde ella naciĂł: la BahĂ­a de SamanĂĄ.

Tatica es una megaptera novaeangliae o ballena jorobada. Mide unos 15 metros, lo que equivale a una Caribe Tours, pero pesa lo mismo que dos Caribe Tours.

EstĂĄ entre los animales mĂĄs grandes del planeta, aunque la ballena azul es aĂșn mĂĄs grande, y puede llegar a una edad de hasta 95 años de edad.

Tatica no es un pez sino un mamĂ­fero, y respira oxĂ­geno por un orificio en la parte superior de su cabeza. La diferencia entre un mamĂ­fero acuĂĄtico y un pez es fĂĄcil de reconocer: los peces tienen la cola vertical, y los mamĂ­feros horizontal. AdemĂĄs, no pone huevos, sino que darĂĄ a luz a una crĂ­a viva. Y para eso necesita nadar en las aguas cĂĄlidas del trĂłpico.

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Son las 9 de la mañana. Estå un poco nublado. Me tiré brevemente a la piscina aquí en el hotel.

Después de un buen desayuno nos vamos al muelle de Samanå. Samanå tiene varios muelles, y hay varios botes que llevan turistas a las ballenas, pero fuimos invitados a acompañar un grupo de científicos que estån catalogando a las ballenas que llegan a la bahía, y tienen su propio barco.

Va a ser un viaje de como una hora para llegar a donde estĂĄn las ballenas.

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El viaje para Tatica dura varias semanas, casi sin parar. Como muchos Dominicanos, estĂĄ ansiosa por regresar a su paĂ­s.

Y Tatica no es la Ășnica haciendo el viaje. Junto a ella viajan miles de otras ballenas jorobadas. Alrededor del planeta hay decenas de rutas balleneras, con miles de ballenas migrando en todos los ocĂ©anos, de ambos polos hacia el trĂłpico. Son mĂĄs de lo que solĂ­an ser.

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HabĂ­a un tiempo cuando pensĂĄbamos que las ballenas jorobadas estaban por extinguirse. Las cazĂĄbamos y las matĂĄbamos por su grasa y su carne. De hecho, el mismo caribe solĂ­a ser un centro ballenero, y hasta hoy en algunas islas se acostumbra cazar ballenas y delfines, en especial las orcas.

Fue y sigue siendo una guerra para protegerlas, y hay organizaciones e individuos dedicadas a dificultar el negocio a los balleneros. Admito que ser protector de ballenas fue un trabajo soñado para mí de niño.

Gracias a estos y otros esfuerzos, la poblaciĂłn de ballenas estĂĄ en aumento.

Pero eso no significa que estĂ©n fuera de peligro. ContaminaciĂłn acĂșstica, choques con barcos y redes de pesca todavĂ­a representan una amenaza diaria para Tatica y su manada. Y hay un peligro mĂĄs, posiblemente el mĂĄs serio de todos. Aunque Tatica no lo entiende, lo puede sentir en el agua todo a su alrededor.

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La conservacionista Kim Bedall ha estado estudiando las ballenas de Samanå durante casi 40 años. Fundó la primera compañía de avistamiento de ballenas, Whales Samana, en 1984 y ha llevado visitantes a ver las ballenas pråcticamente todas las temporadas desde entonces. Hay pocos que conocen mejor a las ballenas de la isla que ella. Y cuando me recordó que las ballenas no vendrån aquí para siempre, le presté atención.

Ella y su equipo usan cada viaje para catalogar y clasificar a cada ballena de la bahĂ­a, y asĂ­ han creado una de las bases de datos mĂĄs grandes sobre ballenas jorobadas del AtlĂĄntico Norte.

Al cruzar frente al Cayo Levantado, estamos entrando en el Santuario de las ballenas.

La RepĂșblica Dominicana creĂł en 1986 el Santuario de MamĂ­feros Marinos Bancos de La Plata y Navidad, una de las primeras ĂĄreas protegidas de su tipo en el mundo, y el primer santuario de mamĂ­feros marinos creado en el OcĂ©ano AtlĂĄntico. Tiene mĂĄs de 31.000 km2 de tamaño, y ademĂĄs de las ballenas, hay delfines, manatĂ­es, orcas y otras clases ballenas.

Otros lugares populares para las ballenas jorobadas quedan en las costas de México, Guadalupe, Dominica, Puerto Rico, entre otros, pero se estima que el 80% de las ballenas del Atlåntico Norte vienen a los Bancos de Plata y Navidad, unos 2 a 3,000 ballenas por año, a veces mås, a veces menos.

La razĂłn de su visita es simple: vienen al lugar donde ellos mismos nacieron, para enamorarse y dar a luz.

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Al llegar a la bahĂ­a de SamanĂĄ, Tatica diĂł a luz a un ballenato. Vamos a llamarlo Monchy. Ella es una madre muy gentil. De inmediato, lo amamanta. Tatica no ha comido nada, ni va a comer nada en toda su estadĂ­a en la bahĂ­a. Toda la leche para su ballenato viene de la grasa que ella acumulĂł en el ĂĄrtico.

Juntos juegan, y Tatica le enseña a Monchy a golpear el agua.  No sabemos por qué lo hacen, pero parece que lo disfrutan. Tatica es ademås una antropóloga, y le gusta observar a los humanos.

Monchy es igual de curioso, algo que él estå aprendiendo de su madre. Los botes con los turistas en general no los molestan, aunque los sonidos de los motores los confunden un poco. Así como los otros sonidos raros que algunos otros botes emiten.

Pero con todo este ruido, a Monchy le es difĂ­cil escuchar un sonido importante. Alguien estĂĄ cantando, llenando la BahĂ­a de SamanĂĄ de una melodĂ­a preciosa.

Son las ballenas machos adultos. Aunque todas las ballenas emiten sonidos, los machos son los que saben canciones encantadoras. Para cantar se ponen en posiciĂłn vertical, cerca de corales para la resonancia.

Monchy escucha atentamente la canciĂłn para aprenderla. AlgĂșn dĂ­a Ă©l cantarĂĄ la misma, y quizĂĄs le harĂĄ su propio remix.

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Imagínate estar en una nave antigua, y de repente de noche, oyes este sonido. No es de extrañar entonces que haya dado lugar a leyendas de criaturas marinas y sirenas. No fue hasta los años 50 que los científicos lograron grabar y estudiar las canciones, gracias a la Guerra Fría. Estaban buscando submarinos soviéticos, pero les salieron ballenas.

Aunque todas las ballenas cantan, las jorobadas son las que mĂĄs Ă©xitos sonoros tienen. Su canto es sorprendentemente complejo, con patrones reconocibles, de versos y frases que se repiten – por eso se les llama canciones. Y al igual que la mĂșsica humana, hay canciones que van y vienen, y otras que son mucho mĂĄs populares. Hay canciones que han durado 40 años.

QuizĂĄs es igual como con los humanos: para comunicar un mensaje, para socializarse, organizarse, para enamorar o solo por diversiĂłn.

AquĂ­ hay algo curioso cuando en un programa de ediciĂłn de audio aceleramos una canciĂłn de ballena y subimos el tono: empiezan a sonar como cantos de pĂĄjaros.

Ahora aquí hay una canción de un ruiseñor. Oigan lo que sucede cuando lo ralentizamos y bajamos su tono.

¿Qué significa eso? Nadie sabe. Pero son estas canciones las que las ballenas cantan por toda la Bahía de Samanå.

La tecnologĂ­a computarizada moderna nos ha permitido analizar las canciones en mĂĄs detalle – analizarlas, pero no entenderlas. Hasta la compañía Google dedicĂł unas inteligencias artificiales a estudiar las canciones, y aun con todo su poder computacional, todavĂ­a no sabemos por quĂ© cantan.

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Las ballenas siempre han sido una fascinaciĂłn para los humanos. Ya los TaĂ­nos les tomaban fotos.

Kim y su equipo pasan mucho tiempo tomando fotos a las ballenas, en particular a sus aletas caudales o colas. Cada cola de ballena tiene marcas Ășnicas, igual a huellas digitales, las cuales nos permiten distinguirlas.

El equipo de Kim clasifica y registra los datos de cada ballena en cada viaje. Pero para reconocerlas usan las fotos, y estas las comparten luego en Facebook. Eso le permite fåcil acceso a investigadores en cualquier otro lugar en el mundo para poder rastrearlas. Gracias a las fotos sabemos cuales vienen a la bahía y cuantas veces. Hay algunas como Tatica que ya vienen hace años, y son como viejos amigos para Kim y su equipo.

Gracias a investigadores como estos, sabemos mĂĄs sobre las ballenas, cuanto tiempo viven, por dĂłnde viajan, y quĂ© hacen. Pero aĂșn asĂ­, nos falta mucho que aprender.

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Por lo menos sabemos por qué vienen a las aguas dominicanas. Kim lo llama el sitio de citas mås grande del mundo. Aquí el amor estå en el aire. O mejor dicho, en el agua.

Todos intentan enamorar a las hembras, y quizås las canciones tienen algo que ver con eso. Hasta con su cría a su lado, ya Tatica, como cada año, estå buscando una pareja nueva. Y Tatica tiene varios enamorados.

De hecho, a veces se pelean por ella, intentando impresionarla. Brincan y se tiran por el agua, mostrándose como el más tiguere
 aunque son ballenas.

Al fin uno de ellos le llama la atenciĂłn. Le vamos a decir Porfirio, un verdadero galĂĄn. Le pide por un baile. Juntos bailan elegantemente por las aguas de la bahĂ­a de SamanĂĄ, como unas aves gigantescas, volando alrededor de cada uno en su propio cielo acuĂĄtico.

En el reino animal, el amor no conoce alturas ni profundidades.

Tatica siente que estå por llegar el fin de la temporada. No tiene calendario ni relojes, pero lo puede sentir instintivamente. Ademås, gracias a Porfirio, estå embarazada de nuevo. Su gestión dura casi un año, lo que la impulsa a querer regresar al norte para alimentarse. No sabe si podrå dar a luz de nuevo. Le fue difícil encontrar suficiente comida para el embarazo con Monchy.

Porfirio no la acompañarå. El se fue con una manada de sus panas. Quién sabe si se volverån a ver. Las ballenas jorobadas son muy promiscuas.

Tiene un largo viaje por delante, y esta vez Monchy estĂĄ a su lado. TodavĂ­a lo estĂĄ alimentando con sus reservas y lo harĂĄ durante el viaje entero. Las ballenas no comen cuando estĂĄn en el Caribe. La prĂłxima comida de Tatica serĂĄ en CanadĂĄ en uno o dos meses.

Tatica y Monchy salen de la bahĂ­a unos dĂ­as antes de lo habitual. El agua estĂĄ mĂĄs caliente de lo normal y Tatica siente que deben irse.

Volverån el próximo año. Quizås.

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Monchy naciĂł en un mundo diferente, y nadie sabe si sobrevivirĂĄ para regresar el prĂłximo año. El agua es diferente, hay menos comida y muchos mĂĄs peligros de lo normal. El Ășnico animal mĂĄs peligroso para las ballenas jĂłvenes solĂ­a ser el lobo de las aguas, la Orca, que a veces se lleva a los ballenatos. Pero ahora el animal mĂĄs peligroso para las ballenas es nuevamente el humano.

Algunos todavĂ­a debaten si es o no es por culpa del humano, pero no hay dudas de que las temperaturas estĂĄn subiendo. Las aguas de los mares se estĂĄn poniendo mĂĄs calientes en todas partes, lo que tiene un efecto en cadena en todo el ecosistema del cual apenas ahora nos estamos dando cuenta.

El cambio climåtico estå causando una disminución en los alimentos de las ballenas, y aunque ellas se pueden adaptar, ya hay un 80% menos de krill de lo que se vio en los años 80. Y lo poco que hay, hasta los humanos lo estån cosechando. Así que, en otras palabras, las ballenas estån en peligro de morir de hambre.

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En Agosto del 2020 frente a la costa de Génova, Italia, unos avistadores de ballenas le tomaron una foto a una ballena jorobada junto con su ballenato, y al comparar la cola con los registros internacionales, se dieron cuenta de que fue una ballena de Samanå, avistada ahí por primera vez en 1986.

Las ballenas jorobadas del caribe llegando al Mediterråneo no es algo inusual, pero no es normal. No se sabe por qué una ballena de Samanå se fue al mediterråneo, pero este y otros avistamientos indican que algo estå cambiando.

Unos estudios del 2020 sobre las ballenas jorobadas en CanadĂĄ, de las cuales la mayorĂ­a nacieron en aguas dominicanas, indicĂł una disminuciĂłn considerable en la poblaciĂłn de ballenas jorobadas en los Ășltimos 15 años, porque menos hembras estĂĄn dando a luz, y menos ballenatos sobreviven, por falta de alimento.

Menos alimento significa menos ballenas y un cambio en sus rutinas de migraciĂłn, por su bĂșsqueda de comida.

Los cambios no serĂĄn de repente. ComenzarĂĄ con un posible acortamiento de las temporadas, con las ballenas viniendo y yendo mĂĄs tarde y mĂĄs temprano de lo acostumbrado, hasta que algĂșn dĂ­a ya no vengan, o vengan muy poco. El futuro de las ballenas jorobadas es muy incierto. Necesitamos mĂĄs estudios especĂ­ficos en la bahĂ­a de SamanĂĄ, pero segĂșn todas las indicaciones globales, como vamos, vamos mal.

Por ahora las ballenas seguirĂĄn viniendo. Hemos visto buenos nĂșmeros, pero cada temporada es diferente. Te sugerimos que aproveches visitar las ballenas lo mĂĄs pronto posible. Por ahora, la temporada es entre enero y marzo.

Te puedes quedar en un hotel del pueblo, como el Hacienda Samana Bay, un bello hotel de lujo junto a la bahĂ­a, donde nos quedarnos. Cada habitaciĂłn tiene vista de la bahĂ­a, tiene varias piscinas y jacuzzis y bares, y queda junto a un muelle ballenero y hasta tiene un garaje subterrĂĄneo. Es un excelente lugar para quedarse, no solamente durante la temporada de ballenas.

Para visitar las ballenas hay varias opciones. Nosotros fuimos con Whales Samanå de Kim Beddall, ya que no son simplemente una compañía de excursión de turistas, sino científicos que ofrecen llevar a visitantes. Esto tiene la ventaja de que puedes estar al lado de naturalistas, aprendiendo de los que conocen a los animales a profundidad. Es como una clase de biología flotante.

Si vas en la prĂłxima temporada, mira a ver si te encuentras con una ballena y su ballenato. QuizĂĄs son Tatica y Monchy. Saludamelos si los ves. No sabemos cuantas veces mĂĄs nos visitarĂĄn.

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