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¿POR QUÉ REP. DOMINICANA y HAITÍ TIENEN HORAS DIFERENTES? (Sí, también es culpa de Trujillo)

  • Writer: Kiskeya Life
    Kiskeya Life
  • Jul 24, 2022
  • 12 min read

Fue en la frontera con Haití que viajamos al pasado.

Metidos en la Sierra de Bahoruco, todos nuestros dispositivos móviles de repente se atrasaron una hora sin nosotros tocarlos.

¿Qué había pasado? ¿Por qué nuestros relojes automáticamente cambiaron su hora al acercarnos a Haití? ¿Por qué la hora de Haití es diferente?

Me puse a investigar esta aparentemente simple curiosidad, y la respuesta resultó ser todo menos simple. Resulta que la hora haitiana no es diferente – pero sí la hora dominicana.

Esta es la historia sobre quién decide cuál debe ser la hora en tu reloj, la historia de la República Dominicana enfrentando al resto del mundo para defender su derecho de decidir su propia hora, y cómo apagones, invasiones, guerras y un dictador afectaron este simple número.

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Este es el famoso reloj del sol en la Ciudad Colonial de Santo Domingo, frente al Museo de las Casas Reales. Es uno de los relojes de sol más antiguos de América.

Pero fue construido durante el gobierno de Francisco Rubio y Peñaranda en 1753, y eso abre un misterio. En ese tiempo, los relojes de sol ya eran algo anticuado – la mayoría de las ciudades europeas ya tenían relojes públicos y algunos ciudadanos de Santo Domingo tenían relojes en sus casas.

Además, leer la hora de este reloj es medio complicado – no es algo que todo el mundo sabía hacer.

Entonces, si era complicado de leer y era una tecnología anticuada en 1753, ¿para qué pusieron aquí este reloj de sol?

Enriquillo

En 1884 un grupo de delegados de diferentes países – científicos, intelectuales, diplomáticos y hasta un conde – se reunieron en los escalones del Departamento de Estado de los Estados Unidos para sacarse esta foto. Entre ellos figura un diplomático Dominicano.

Su nombre es Manuel de Jesús Galván, estadista y escritor, hoy más conocido por su novela ‘Enriquillo’. De niño vivió la guerra de la independencia, y ahora estaba aquí en Washington, representando su joven país a las órdenes de Ulysses Hereaux.

Lo vemos aquí todo despreocupado, un capitaleño de estatura baja, aún con el frío el único sin el saco puesto, y quizás por ser Dominicano, subestimado por todos – pero acaba de enfrentar a todos los otros delegados en un voto de importancia global. Fue el único que tuvo el valor de defender el derecho de su país de decidir la hora de su propio reloj.

Para entender la negativa de Manuel de Jesús Galván, tenemos que entender cómo se mide el espacio y el tiempo.

Duodecimal y Sexigesimal

¿Por qué se mide el tiempo con 12 horas y 60 segundos?

Porque hace 5,500 años la cultura Sumeria contaba hasta 12 con sus manos.

Para eso contaban los falanges de la mano derecha. Para seguir contando, cada vez que llegaban a doce, se levantaba un dedo de la mano izquierda, hasta completar 5 veces 12, lo que llega a ser 60.

Por eso 12 y 60 fueron consideradas cifras redondas y completas, y se usaba para contar todo, desde huevos hasta los zodiacales, y en especial, los días. Usando la luz solar, separaron un día completo de sol en fracciones de 12 y 60, creando así un sistema para contar las horas. Los imperios de Babilonia, Grecia y Roma imitaron esta matemática, y nosotros todavía la usamos para determinar ángulos y el tiempo.

Aunque el método solar de medir el tiempo es antiguo, es matemáticamente exacto.

Pero resulta que la mayoría de los relojes del mundo ya no son ajustados según el sol, sino por un sistema global predeterminado. En otras palabras, hubo un momento en la historia humana en la cual a cada país se le asignó una zona de hora, independiente del sol.

Pero no todos los países aceptaron esto…

Coordenadas

¿Entonces, cómo se mide el mundo? Hay que encontrar un lugar de inicio, una línea cero, para desde ahí crear más líneas y aplicarles un valor, las llamadas coordenadas. A esta línea cero se le llama el meridiano y dónde ponerlo ha sido un debate trascendental por miles de años. Cada imperio quería ser la línea cero, el centro del mundo por decirlo así.

Por ejemplo, el imperio Britanico medía su geografía y tiempo desde su observatorio en Greenwich, cerca de Londres. Literalmente. Hay una línea literal en el suelo desde donde midieron el globo, la línea de cero grados: el llamado Meridiano de Greenwich.

Pero no todos usaban Greenwich como el punto de partida global, más notable el enemigo natural de Britania, Francia, que usaba el Meridiano de París. Y había varios otros sistemas en uso también.

Esto causó mucha confusión en todo el mundo y, a fines del siglo XIX, estaba claro que era necesario establecer un solo sistema universal para medir el tiempo y el espacio.

Estados Unidos y Gran Bretaña insistieron en que todas las naciones del mundo deberían aceptar su estándar universal – el estándar de Greenwich.

Y así, cuando el presidente estadounidense Chester Arthur convocó una conferencia internacional de científicos y diplomáticos en Washington en el año 1884, para establecer Greenwich como el estándar global, se asumió que sería una reunión breve. Pero no habían contado con los franceses… y Santo Domingo.

Meridiano Cero

¿Por qué Greenwich, y por extensión, el imperio Angloamericano, debería convertirse en el centro del mundo? El Meridiano Cero debería ser un lugar políticamente neutral, argumentaron los delegados franceses.

El delegado británico respondió que esto no tenía nada que ver con política, sino que el 70% del mundo ya usaba Greenwich, y sería mucho más fácil para el otro 30% cambiar, que para todos comenzar de nuevo. Además, ya no había ningún punto en la tierra que fuese neutral.

Las discusiones sobre este pequeño detalle duraron varios días. Cuando al fin llegó el momento de votar, la mayoría votó a favor de Greenwich. Solo Francia y Brasil se abstuvieron en protesta. Pero hubo un solo voto en contra, de parte del delegado de Santo Domingo. Lilisada

Manuel de Jesús Galván había sido enviado a Washington por Ulysses Heureaux, y el voto en contra de Greenwich podría verse como una de sus tantas ‘Lilisadas’. Pero resulta que la decisión de votar en contra no vino de Lillis, sino del mismo de Jesús Galván.

En una carta al presidente Heureaux, de Jesús Galván explicó que su voto fue incitado por el argumento de Francia: el rechazo a que Angloamérica se convirtiera en el centro del tiempo y el espacio del mundo.

Pero en un discurso ante la convención fue más diplomático y explicó que esperaba el día en que hubiera un sistema de medida global neutral, puramente científico, libre de toda implicación política.

“Ese día”, dijo a los delegados reunidos, “será saludado con un cordial hosanna por la República de Santo Domingo, que siempre está dispuesta libremente a dar su asentimiento al progreso de la civilización”.

Por supuesto, también podría decirse que la votación fue en solidaridad con el aliado más cercano de Santo Domingo, Francia. En ese tiempo, París fue para los Dominicanos lo que hoy es Nueva York. El mismo de Jesús Galván había vivido y estudiado en París y tenía familia ahí.

Cualesquiera que hayan sido las razones, la República Dominicana, o República de Santo Domingo como le decían en ese tiempo, pasó a la historia como la única nación que se opuso al Meridiano de Greenwich.

Pero cuando llegó el momento de votar para que Greenwich fuera también el centro del tiempo universal, de repente Santo Domingo ya no estaba solo.

Parece que algunos delegados se dieron cuenta de lo que de Jesús Galván había notado al principio: de que el espacio y el tiempo están intrínsecamente interconectados, y que darle a Gran Bretaña el privilegio de tener el meridiano cero, también significaría que todos en el mundo tendrían que ajustar sus relojes de acuerdo con los relojes del Imperio Angloamericano.

Tal vez inspirados por el voto de Jesús Galván, varios votaron en contra, o se abstuvieron.

Aunque la mayoría votó a favor, se expresó la resolución de otro modo, de que se estableciera un tiempo universal basado en Greenwich, pero que cada nación tuviera el derecho a elegir su propio tiempo, a su propio tiempo.

Tiempo Solar

Durante las siguientes décadas, casi todos los mapas y relojes del mundo se adaptaron al meridiano de Greenwich. Incluso Francia comenzó a usarlo eventualmente en 1911, aunque se negaron a llamarlo ‘Hora de Greenwich’, sino que básicamente lo llamaron ‘Hora Atrasada de París’.

Claro, las horas no se asignaron arbitrariamente. Se calculó la hora solar de Greenwich, y luego se midió husos de una hora cada uno en ambas direcciones. El resultado fueron horas realmente no tan distintas a las horas solares locales, con una variación de unos minutos a una o dos horas.

Pero la República Dominicana siguió usando su propia hora local, determinada localmente, así como lo había hecho hace cientos de años.

Desde la llegada de los conquistadores, se usaba la hora local solar, medida con relojes solares y almanaques. Se piensa por ejemplo que en la cima de la catedral de Santo Domingo había un reloj solar.

Según el investigador Carlos Dobal sabemos que en 1537 se instaló un reloj mecánico en las Casas Reales – Dobal supone que fue sobre la entrada – el cual sirvió de reloj magistral a todos los relojes de Santo Domingo. Es posible que fue el primer reloj público del continente Americano. Había una persona asignada a cuidar el reloj y diariamente asegurarse de que estuviese en orden y puntual, y para determinar la hora precisa, usaba un reloj solar, instalado frente a las Casas Reales.

Según Dobal, el reloj mecánico duró unos 250 años en operación. No se sabe lo que pasó después. El reloj de sol que todavía está es el segundo que se puso ahí, y más que un simple reloj, es un instrumento científico para medir la hora solar precisa, en cualquier día del año, lo que todavía hace.

Aparentemente por décadas fue el instrumento que determinó la hora oficial para Santo Domingo.

Pero usar el sol para determinar la hora es muy problemático. Me explico: según la hora solar, cuando son las 12 por ejemplo en Santo Domingo – es decir de que el sol esté precisamente sobre la ciudad – faltan todavía unos 3 minutos para las 12 en Santiago. Así que si se determina la hora local según la hora solar local, entonces cada pueblo debería tener su propia hora.

De hecho, de extremidad a extremidad la diferencia en hora solar en la isla entera es de unos 20 minutos.

El Reloj Público está loco

Durante la ocupación estadounidense en 1917, el gobierno militar estadounidense emitió la orden ejecutiva No. 40 que dispuso que la hora oficial del país entero sería la solar mediana del Meridiano 70º Oeste de Greenwich. El Meridiano 70º cruza por Haina, por lo cual coloquialmente llegó a ser conocido como el Meridiano de Haina.

En Haití el gobierno militar estadounidense estableció la solar mediana del Meridiano 75º Oeste de Greenwich como la hora oficial, lo que representa una diferencia de 20 minutos: si eran las 12 del mediodía en Port au Prince, eran las 12:20 en Santo Domingo.

En algún momento la oficial meteorológica se encargó de determinar la hora oficial en base del Meridiano de Haina, y según el Listín Diario, en Santo Domingo la policía acostumbraba entonces dar la hora oficial con la campana instalada sobre la Puerta del Conde.

Dar la hora fue un servicio público. Cada pueblo y municipio tenía un reloj público, el cual daba la hora oficial de este municipio. El mejor ejemplo de un reloj así es el famoso reloj de Montecristi.

Aunque había una hora gubernamental oficial, disponible por telégrafos, aparentemente cada pueblo y ciudad determinaba su propia hora, y se llevaron de diferentes fuentes: algunos del Meridiano de Haina, otros de la hora usada por las compañías de telégrafos, correos, de trenes y azucareras, y otras hasta por la hora de Washington. Esto creó numerosas confusiones.

El Listín Diario de 1925 cita la experiencia de un viajero dentro del Cibao quien notó que la diferencia de los relojes públicos entre algunos pueblos era de varias horas.

Además, pocos ciudadanos tenían relojes personales, y los relojes públicos muchas veces estaban atrasados, adelantados, mal calibrados o simplemente dañados. Un periodista se quejó públicamente en 1928 de este problema, diciendo que “aquí no se sabe nunca la hora en que se vive, cada cual tiene su propia hora” y que “aquí no se puede dar una cita exacta porque es más difícil comprobar la exactitud de la hora, que cualquier otra cosa.”

Esa no fue su única queja. También se quejó de que aquí el uso de los cohetes fue un abuso. No tiene que ver con todo, pero me pareció jocoso.

Así en la sociedad dominicana la puntualidad llegó a ser opcional, porque fue imposible determinarla. Quizás por eso lo sigue siendo…

Horario de verano

Alrededor de este tiempo entró en uso el horario de verano. La idea era simple: dado que el sol salía y se ponía de manera diferente por temporada, ¿por qué no ajustar los relojes según esto? Así se podía aprovechar más la luz solar, lo que ahorraría mucho dinero.

Alemania fue uno de los primeros países en implementar este cambio, y otras naciones siguieron su ejemplo, incluido EE. UU., y según el Listín Diario de 1930, también la República Dominicana.

Sin dudas, esto creó aún más confusiones en los pueblos dominicanos, y muchos llamaron a establecer una hora única en el país entero, la cual no cambiara.

Hizo falta un dictador con… delirios de omnipotencia, para finalmente tomar el control total del tiempo.

En el tiempo de Chapitas

En 1933 Rafael Leonidas Trujillo decretó que la hora oficial a observar sería la solar meridiana del Meridiano 70 de Greenwich, el Meridiano de Haina. Por radio se anunció al país entero cuando llegaron a las 12, y todos deberían ajustar sus relojes. Y claro, mandó al militar y la policía a velar por el cumplimiento exacto.

Pero después de declarar la guerra a Alemania en 1942, Trujillo ordenó que todos los relojes se adelantarán una hora y 40 minutos, a lo que llamó ‘tiempo de guerra’, para aprovechar la luz de la madrugada, y así reducir los costos de la energía eléctrica.

Esto solo duró unos días y luego lo cambió de nuevo. Pero aparentemente ninguno de estos cambios fue según el concepto de Greenwich. En un mapa de los husos horarios globales del 1942, la República Dominicana está destacada como uno de los pocos países que todavía no aceptaba el método Greenwich.

Y Trujillo no había terminado. Cambió la hora al menos cuatro veces más, adelantando y atrasando el tiempo por varias razones, entre ellas posiblemente el hecho de que para entonces se había introducido un nuevo sistema de tiempo global: el Tiempo Universal Coordinado. Era hora de Hosanna.

Hosanna

En su discurso al congreso meridiano en Washington en 1884, de Jesús Galván había dicho que si llegaba el día en que las medidas y husos horarios estén ajustados según la ciencia y no la política, la República lo saludaría con Hosanna.

En 1955 se inventaron los relojes atómicos, relojes que cuentan la vibración de átomos. Ese fue un método mucho más exacto y se estableció un nuevo estándar de tiempo según estos relojes, el Tiempo Universal Coordinado, o UTC. Inició con la hora Greenwich como punto de partida, pero luego se independizó.

En efecto, UTC se convirtió en un estándar de tiempo en base de ciencia, y políticamente neutral, así como de Jesús Galván lo había deseado.

Y eso no fue lo único. Aunque hoy todavía usamos las expresiones Tiempo y Meridiano de Greenwich, el observatorio de Greenwich dejó de ser el punto inicial, ya que su meridiano geográfico se desplazó con el movimiento de las placas tectónicas. La línea en el piso que los turistas visitan ahora es puramente simbólica. El meridiano actualmente se encuentra a 102 metros al este del observatorio, y sigue escapando con los años.

Aunque de Jesús Galván obviamente desconocía los relojes atómicos y movimientos tectónicos, se podría argumentar que él tuvo razón en no querer aceptar un sistema que no solamente tenía connotaciones políticas, sino que 70 años más tarde llegaría a ser obsoleto.

Lío de horas

Trujillo no fue el único que cambió el tiempo. En 1973, el presidente Joaquín Balaguer también adelantó los relojes por una hora para reducir el consumo de energía eléctrica y enfrentar los apagones.

Más recientemente se usaba comúnmente la base de tiempo de las centrales telefónicas. Las compañías telefónicas determinaban esta hora entre sí, por lo cual el país en general también usaba ese estándar, posiblemente con sus orígenes en la hora de GPS.

El horario de verano nunca se adoptó permanentemente. El gobierno del 2000 intentó introducir el concepto, pero como muchos de nosotros recordamos, fue todo un lío.

Fronteras

Por ahora, Haití sí usa la hora de verano. Dos veces al año, los relojes en Haití son cambiados, creando la diferencia de una hora con la República Dominicana.

Los teléfonos móviles toman su tiempo de la red telefónica celular. Así, si uno está más cerca del sistema celular haitiano en vez del dominicano, el sistema haitiano cambia la hora en los celulares automáticamente.

Como nos explicaron los guardias de la frontera, aquí se experimenta esta diferencia claramente 2 veces al año, cuando Haití está una hora atrasado, comparado con el lado Dominicano.

Tiempos Modernos

El voto de de Jesús Galván realmente no tuvo ningún efecto sobre el sistema meridiano, ya que la mayoría ganó el voto, pero es posible que su negativa ayudó a fortalecer el derecho de todos los países de poder determinar su propia hora, independientemente de la política.

Y así la República sigue manteniendo su neutralidad horaria. En 2017, el gobierno de Danilo Medina decretó la hora -4 UTC como la hora oficial del país, aunque geográficamente debería estar en -5 UTC, igual que Haiti. En los mapas de husos horarios, el país sigue figurando como uno de los pocos que no adhiere al huso que debería tener, determinando su propio tiempo, a su propio tiempo.

Hoy la hora oficial de la República Dominicana es establecida por el Instituto Dominicano de la Calidad con un reloj atómico que les fue donado. Indocal pública la hora en su página oficial: horaoficialdominicana.gob.do

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