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¡Estas personas VIVÍAN EN CUEVAS!

  • Writer: Kiskeya Life
    Kiskeya Life
  • Apr 3, 2022
  • 4 min read

¿Sabías que entre Cabo Rojo y la Bahía de las Águilas hay unas cuevas, en las cuales solía existir una comunidad de cavernícolas modernos?

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En la región suroeste de República Dominicana, el ‘sur profundo’ como algunos le llaman queda Cabo Rojo y la Bahía de las Águilas, lejos de todo… En serio: desde la capital Santo Domingo son unas 5 a 6 horas de viaje, y el pueblo más cercano, Pedernales, queda a unos 30 minutos. 

¿Quién viviría aquí en cuevas, lejos de toda civilización? ¿Y por qué?

Cavernícolas, eso fuimos

Si vienes a Cabo Rojo y a la Bahía de las Águilas, hay muchas cosas que ver. Muy conocidas son las extensas playas de arena blanca, y una naturaleza desértica pero sorprendentemente abundante que incluye a iguanas y tortugas marinas que vienen para desovar de noche. Además, hay cuevas escondidas con pozos de agua dulce cristalina. Hay oportunidades únicas de pesca y buceo, y una fauna submarina preciosa. Por un rato hasta había una nave averiada, pero ya se la llevaron en pedazos.

Cuando vienes al área sin dudas vas a llegar al centro turístico La Cueva, donde hay un restaurante, la entrada al Parque Nacional Jaragua, y desde donde parten los botes a la playa de la Bahía de las Águilas o la isla Beata.

Le dicen La Cueva porque hay una curiosa cueva a pocos metros de la playa que se está usando como parqueo para vehículos.

Pero, cómo te puedes imaginar, y eso es lo típico de nuestro canal, aquí hay: historia olvidada.

Esta cueva solía ser un pueblo.

El área queda lejos de todo como cualquiera que ha venido aquí se ha dado cuenta. Pero sí existe una carretera que lleva hasta Cabo Rojo, donde se encuentran un muelle y una pista de aterrizaje ya en poco uso. Aquí camiones solían llevar la bauxita de la mina Las Mercedes en la Sierra de Bahoruco hasta Cabo Rojo. La carretera fue construida a comienzo de los años 60, lo que permitió un acceso más rápido al área, aunque solo llega hasta el muelle.

Así, se facilitó un poco el acceso al área y en los años 60 varias familias pescadoras se mudaron aquí, solo que como no había ningún pueblo, estas familias se establecieron dentro de la cueva al estilo cavernícola.

No es nada inusual para algunas comunidades vivir en cuevas hasta hoy en día. Aquí vemos unas comunidades en Palestina que viven de esta manera, por diferentes razones. No hay imágenes de la época cuando los cavernícolas de Cabo Rojo se asentaron, pero nos podemos imaginar que fue muy similar a estas imágenes aquí.

En el 2007 mi hermano, mi amigo Jared y yo estuvimos en una gira alrededor de la República Dominicana en motores, y pasamos por el pueblo. Permítanme remontarnos a estos tiempos lejanos del año 2007 de nuestra era común, en la primera serie documental que creamos, hace unos 15 años, cuando éramos aún más jóvenes, y teníamos una cámara caravelita….

La cueva se convirtió en casa

[intro Rubberside Down]

Después de 8 días de duro viaje alrededor de la isla, al fin llegamos a Cabo Rojo, en camino a la Bahía de Las Águilas. Quisimos visitar la comunidad La Cueva, pero para nuestra sorpresa,  encontramos la aldea abandonada.

Había unos 200 ‘cavernícolas’ viviendo en la cueva, “cueveros”, como solían llamarse ellos mismos, aislados de la civilización, apartados de todo tipo de servicio público, sin representantes del estado, sin baños ni sistema de cloacas. 

Eventualmente construyeron paredes rudimentarias frente a la cueva, con unas separaciones débiles por dentro. Vivían con escasos muebles y en varios casos usaban camas de paja.

Por falta de televisión y otras formas de entretenimiento, cada familia tenía 3 o más hijos. De educación ni se hable. Había dos pulperías y unos paneles solares para unos bombillos. El promedio de ganancia de cada familia era de 8,000 pesos al mes, lo que consiguieron a la suerte de lo que el mar les deparaba o con el ligero flujo de turistas, llevándolos a la playa de la Bahía o a la isla Beata.

Era una vida dura, pero tranquila, en medio de la naturaleza. El área es de una belleza inmensa, con increíbles puestas de sol. Y vivir esta clase de puestas desde tu propia cueva es algo inigualable, enteramente prehistórico, lo que explica por qué los cueveros permanecieron aquí unos 50 años.

Entonces, ¿qué fue lo que pasó aquí?

Sin patria, sin futuro, sin hogar

En 2007, la Secretaría de Medio Ambiente decidió expandir el potencial turístico de la zona, lo que incluía desalojar a los cueveros para sacarlos de su estado deplorable y dar paso a un progreso turístico.

Así construyeron una serie de casitas cerca de la zona para que los cueveros pudieran vivir. Cuando lo visitamos en nuestro viaje en el 2007, ya todos se habían mudado. Pero aparentemente hubo unos desacuerdos entre los cueveros y el Ministro del medio ambiente de la época, y no todos recibieron una casita.

La mayoría de los cueveros se quedaron sin sus cuevas, sin patria, sin futuro, sin hogar. Y los políticos mentían con toda honestidad… parafraseando a Arjona.

Hoy, quince años después, el pueblo de la Cueva de los pescadores está olvidado, aunque el área y la carretera todavía lleva su nombre, y la comunidad de cueveros se integró al pueblo de Pedernales. Las cuevas son usadas como parqueo de vehículos y ya casi nadie recuerda la pobre, pero pintoresca, comunidad de cavernícolas de Cabo Rojo.

El área está viviendo un auge de turismo, con una nueva carretera en construcción y más y más turistas llegando cada año. Eso es bueno y malo al mismo tiempo, ya que es excelente para la economía de la zona, pero peligroso para la naturaleza – el monto de basura está aumentando considerablemente, y ya están llegando menos tortugas.

Pero las puestas del sol siguen igual, una vista prehistórica, como si el tiempo se hubiera parado aquí. La vida lejos de la civilización no es ni tan mala.

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