¿Por qué han habido tantas muertes en el Malecón de Santo Domingo? | La columna de la Aurora
- Kiskeya Life
- Jun 17, 2024
- 4 min read
Mientras paseas por el Malecón de Santo Domingo, una columna inofensiva podría llamar tu atención, erigiéndose como un guardián silencioso del puerto. Quizás nunca le prestaste atención ni pensaste en su significado. Sin embargo, esta estructura discreta es un recordatorio sombrío de muchas vidas perdidas, ligadas a la aterradora historia de la desembocadura del río Ozama. ¿Qué oscuros secretos se esconden bajo sus cimientos? ¿Por qué hubo tantos encuentros trágicos en esta zona? ¿Cómo ha marcado esta columna el legado de la ciudad? Esta es la historia de la columna de la Aurora, que ha dejado una huella horrorífica en la historia del puerto de Santo Domingo.

La Columna de la Aurora:
Un Recordatorio de Vidas Perdidas en la Desembocadura del Río Osama
El malecón de Santo Domingo es un lugar donde la historia y la naturaleza se entrelazan en un drama que ha marcado la ciudad. Una columna inofensiva, pero silenciosa, puede llamar la atención del paseante, recordándole la sombría historia de la desembocadura del río Osama. Esta estructura discreta es un recordatorio de las vidas perdidas en la zona, donde la combinación de aguas poco profundas y la exposición directa al mar Caribe ha sido una amenaza constante para los barcos y sus tripulantes.
La historia de la columna de la Aurora comienza en 1498, cuando Bartolomé Colón fundó Santo Domingo en la margen oriental del río Osama. El puerto se convirtió rápidamente en el principal asentamiento europeo en la isla gracias a su excelente río, que sirvió de puerto. Sin embargo, la desembocadura del río tenía un problema: era extremadamente peligrosa. La plataforma continental era estrecha, lo que permitía que las olas viajaran sin mucha obstrucción y se hagan más grandes en las aguas poco profundas. Además, el choque entre el agua del mar y el agua del río en la desembocadura era un peligro mayor. Decenas de barcos sufrieron daños y naufragaron en los tiempos coloniales, especialmente durante las tormentas.
El 27 de septiembre de 1908, un día que Santo Domingo nunca olvidaría, la balandra Aurora, un modesto barco de pesca, naufragó en la desembocadura del puerto. Los tres tripulantes luchaban contra las olas que los arrastraban hacia los acantilados. Sus gritos de auxilio se mezclaban con el rugido del océano, mientras los habitantes de Santo Domingo observaban con horror la tragedia. La comunidad se unió rápidamente para debatir cómo salvar a los marineros y finalmente, un plan se formó. Un grupo de valientes hombres, incluyendo al pescador Emeterio Sánchez, se aferraron a una cuerda lanzada al agua con la esperanza de sacar a los naufragos. Sin embargo, una ola masiva se erigió frente a ellos y violentamente golpeó la costa, llevando consigo a ocho desafortunados. Todos los tripulantes de la Aurora murieron en los acantilados.
Después del trágico incidente, se erigió un monumento en 1910 para honrar a las víctimas y a los héroes locales que intentaron el rescate. La columna jónica de 1.5 metros de diámetro y 11 metros de altura termina en un vaso griego con arcos y una piña. Fue diseñada por Abelardo Piñeiro y construida por el ingeniero Osvaldo Baes. La columna ha perdurado las décadas, resistiendo el sol, las olas y los cambios políticos.
Pocos años después de la construcción del monumento, el USS Memphis, un crucero acorazado de la Marina de los Estados Unidos, invadió el puerto de Santo Domingo sin previo aviso. Una serie de olas gigantescas arrastraron al USS Memphis hacia la costa, donde fue destrozado contra las rocas. Cincuenta y tres marineros estadounidenses perdieron la vida en los acantilados, y más de 200 resultaron heridos. Este trágico evento sumó a las víctimas del naufragio de la Aurora y a las muertes durante la era colonial, lo que significa que miles de personas han muerto en la desembocadura del río Osama a lo largo de las décadas.
La construcción del rompeolas se convirtió en una prioridad después del trágico incidente. Los estudios comenzaron en 1927, y se decidió que se necesitarían muchas rocas grandes para construir la estructura. Se propuso construir un ferrocarril de 13 km desde la cantera hasta un muelle especial para transportar las rocas. Sin embargo, en 1929 no había suficiente dinero y la situación política estaba inestable. El huracán San Zenón golpeó Santo Domingo en 1930, destruyendo la mitad de la ciudad y ahogando cientos, quizás miles, de personas. La obra del rompeolas tuvo que avanzar, y Rafael Leonidas Trujillo tomó el poder en 1930, después de la devastación causada por el huracán.
El rompeolas fue inaugurado por Trujillo y ha sido crucial para reducir el impacto de las olas grandes. Los barcos ahora están seguros dentro del puerto, y las mejoras han ayudado a aumentar el tráfico marítimo y el desarrollo económico de la región. El puerto se modernizó mucho, incluyendo la creación de instalaciones como el puerto de San Susi, que se convirtió en un punto clave para el comercio y transporte en el Caribe.
La columna de la Aurora es un recordatorio de las vidas perdidas en la desembocadura del río Osama. Aunque ha sido olvidado por muchos, el monumento sigue en pie en el malecón de Santo Domingo, mirando hacia el rompeolas que inspiró. Es un testimonio del espíritu humano frente a la adversidad y un recordatorio de la fuerza de la naturaleza que ha moldeado nuestra existencia y nuestras ciudades.
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